El testimonio de quienes lo conocieron y disfrutaron en vida puso, a partes iguales, la emoción a flor de piel y la sonrisa en los rostros de todos los que lo querían. Juan José Fernández Trevijano, periodista de raza, dejó huella en sus coetáneos y compañeros de profesión y batallas.
Este jueves por la tarde la Asociación de la Prensa de Jaén, en la colaboración con la Peña Flamenca, consiguió reunir en la capital a toda la gente que quiso y quiere a Juan José Fernández Trevijano. El acto en memoria de su figura como periodista incansable fue muy emotivo y congregó a Juan Manuel Molina Damiani, Antonio Cepedello, José Fernández Malo y Rafael Valera.
El acto, moderado por la periodista Beatriz Mateas, quien lo recordó con cariño cuando fue su superior en Canal Sur, comenzó con la intervención de Damiani. Muchos fueron los momentos que rememoró junto a Trevijano, compartiendo experiencias personales y profesionales y destacando anécdotas que lograron arrancar alguna risa de complicidad entre el nutrido público asistente.
Fernández Malo, como acostumbra y sentenció, “hizo los deberes en casa” y se atrevió con un texto preparado en memoria de su fiel amigo, a caballo entre la melancolía y el humor propio de una amistad muy querida y cercana, que culminó con un sentido aplauso.
Rafael Valera dedicó unas hondas palabras de agradecimiento al recordar cómo su desaparecido amigo le animó a sumergirse en el apasionante mundo de la crítica flamenca. Por último, Antonio Cepedello compartió un texto muy personal que narraba grandes momentos y frases que quedan en la memoria. “Él decía siempre que el periodismo debe huir de lo personal. Pero no quiero hacer una noticia de tu desaparición, amigo, sino esta reivindicación: ¡Larga honra a tu memoria por siempre, Trevi!”.
Tras las intervenciones, el público compartió sus experiencias vividas con el periodista, abarcando sus trabajos en el ámbito de la cultura, de la que también fue maestro de profesionales de la comunicación no sólo en la provincia, sino más allá de sus límites.
